En el ámbito del tabaco y las bebidas alcohólicas, los sellos fiscales y las banderolas juegan un papel crucial en la protección de los consumidores y el cumplimiento de las normativas. Estos pequeños pero significativos marcadores sirven como evidencia tangible del pago de impuestos especiales, al mismo tiempo que actúan como poderosas herramientas para combatir el comercio ilícito y proteger la salud pública.

Los sellos fiscales y las banderolas no son meramente decorativos; están imbuidos de una serie de características de seguridad diseñadas para evitar la falsificación y el sabotaje. Tecnologías de impresión avanzadas, como hologramas, tintas que cambian de color e impresión en microescala, se integran comúnmente en estos marcadores, lo que los hace extremadamente difíciles de replicar. Además, los números de serie únicos y los códigos QR facilitan la trazabilidad, permitiendo a las autoridades seguir el movimiento de los productos a lo largo de la cadena de suministro.

Uno de los marcos regulatorios clave que rige el uso de sellos fiscales y banderolas es la Directiva de Productos de Tabaco (TPD). Aplicada por la Unión Europea, la TPD establece normas estrictas para la fabricación, embalaje y etiquetado de productos de tabaco, con un enfoque principal en proteger la salud pública y reducir el consumo de tabaco. El cumplimiento de las regulaciones de la TPD requiere que se coloquen características de seguridad específicas en los envases de tabaco, incluidos sellos fiscales y banderolas robustos.